Lugo, a 10 de enero de 2009.- El presidente del Partido Popular Mariano Rajoy consideró hoy posible ganar los próximos comicios autonómicos del 1 de marzo aunque admitió que «falta el instante final», por lo que invitó a los dirigentes y simpatizantes del PP gallego a «rematar» la victoria electoral frente a un Gobierno bipartito que comparó con «los cangrejos».
«Camina lento y hacia atrás», sentenció Rajoy en un mitin en Lugo al que asistieron unas 2.000 personas, según la organización y, frente a la coalición de socialistas y nacionalistas, situó al líder del PPdeG y candidato a la Presidencia de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a quien ve «infinitamente mejor preparado que los otros dos presidentes de media Xunta de Galicia», en referencia al actual titular del Gobierno gallego, Emilio Pérez Touriño (PSOE); y al vicepresidente autonómico, Anxo Quintana (BNG).
El líder de los populares tomó la palabra para clausurar el acto tras la intervención del propio Feijóo, a quien agradeció su «buen trabajo» desde que tomó las riendas del partido en Galicia, a pesar de que su papel fue «muy difícil». Después de enfatizar que ha recorrido Galicia «de arriba a abajo» y que ha hablado «con todo el mundo», celebró que llegue a las autonómicas conociendo los «anhelos e inquietudes» de los gallegos.
El presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, consideró hoy posible ganar los próximos comicios autonómicos del 1 de marzo aunque admitió que «falta el instante final», por lo que invitó a los dirigentes y simpatizantes del PP gallego a «rematar» la victoria electoral frente a un Gobierno bipartito que comparó con «los cangrejos».
«Camina lento y hacia atrás», sentenció Rajoy en un mitin en Lugo al que asistieron unas 2.000 personas, según la organización y, frente a la coalición de socialistas y nacionalistas, situó al líder del PPdeG y candidato a la Presidencia de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a quien ve «infinitamente mejor preparado que los otros dos presidentes de media Xunta de Galicia», en referencia al actual titular del Gobierno gallego, Emilio Pérez Touriño (PSOE); y al vicepresidente autonómico, Anxo Quintana (BNG).
El líder de los populares tomó la palabra para clausurar el acto tras la intervención del propio Feijóo, a quien agradeció su «buen trabajo» desde que tomó las riendas del partido en Galicia, a pesar de que su papel fue «muy difícil». Después de enfatizar que ha recorrido Galicia «de arriba a abajo» y que ha hablado «con todo el mundo», celebró que llegue a las autonómicas conociendo los «anhelos e inquietudes» de los gallegos.
A esta «buena base», sumó la importancia del papel de los militantes y simpatizantes del partido, a quienes pidió un «esfuerzo» para lograr el cambio político en las próximas autonómicas. «Esto no es una tarea de dos o tres dirigentes sino de todos», expuso para instar a las bases del partido a movilizarse en las gallegas y evitar «cuatro años más de parón».
En cualquier caso, se mostró seguro de la victoria de los populares en su tierra natal, aunque admitió la necesidad de que el PP logre la mayoría absoluta para poder recuperar el poder dado el «peculiar concepto de la democracia» de socialistas y nacionalistas, a los que acusó de pactar «con el único programa electoral de que no gobierne el Partido Popular».
«CUATRO AÑOS PERDIDOS».- «Con ideas tan brillantes como esa, el balance sólo puede ser cuatro años perdidos», resumió, y redujo esta legislatura en Galicia a «nada». Entre otros ejemplos, citó la ausencia de avances en materia de infraestructuras, educación o bienestar y, a mayores, sumó la división entre los socios de la Xunta, que erigió en el «signo de identidad» del bipartito.
Asimismo, se refirió a los incumplimientos del Gobierno central en la ciudad de Lugo, como el AVE a la ciudad, el puente sobre el Río Miño o las autovías Lugo-Ourense y Lugo-Santiago. Ante eso, se mostró convencido de que el presidente del Ejecutivo estatal, José Luis Rodríguez Zapatero, volverá mañana, en su visita a Ourense, a «prometer y engañar» a los gallegos.
Rajoy también aludió al impacto de la crisis económica en la comunidad gallega, donde «hay más parados» que cuando Touriño y Quintana llegaron a la Xunta, por lo que consideró un «riesgo» que sigan otra legislatura más al frente del Gobierno gallego. Frente a esta «pesadilla», situó los gobiernos autonómicos dirigidos por Manuel Fraga, con los que Galicia dio «un salto espectacular». «Lo hicimos bien y la gente lo sabe», remachó.
Tras mostrarse convencido de que los ciudadanos «lo saben», concluyó que exigen «un cambio político» y, para ilustrar las posibilidades del PP de ganar las autonómicas, recordó que el electorado gallego respaldó por mayoría a este partido en los últimos cinco comicios, aunque en las pasadas autonómicas se quedó a un escaño de la mayoría absoluta. «Nadie en España lo ha conseguido», enfatizó, y volvió a llamar a la militancia a trabajar para lograr ganar los comicios.
Para ello, les pidió que aparquen las diferencias que pueden existir sobre diversos temas y que se fijen en «lo que une» al partido, dentro de lo que enumeró el amor a Galicia y a España, los derechos y libertades de la sociedad, y la igualdad de derechos y oportunidades.
LUGO TENDRÁ AVE.- Por su parte, el presidente del Partido Popular de Galicia y candidato a la Presidencia de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se propuso hoy «suplir» al Ministerio de Fomento si gana las próximas elecciones autonómicas del 1 de marzo y, así, anunció que la Xunta de Galicia asumirá el coste de las obras del AVE entre Lugo y Ourense si él es presidente.
«Luego ya le pasaremos la factura, pero la Xunta hará el AVE entre Lugo y Ourense», proclamó en un mitin en Lugo para abrir la precampaña en Galicia, al que asistió el presidente del PP, Mariano Rajoy, y alrededor de 2.000 militantes y simpatizantes del partido, según la organización. De este modo, abogó por «sustituir» al departamento que dirige Magdalena Álvarez ante sus reiterados incumplimientos con la comunidad gallega ya que, según razonó, el AVE entre las capitales lucense y ourensana es básica para comunicar las provincias interiores, por lo que el PP la va a «asumir, comenzar y terminar».
Feijóo se mostró optimista de cara a las gallegas ya que a los populares «le sobran» ganas y razones para volver a gobernar.
En este sentido, compartió con los analistas que este 2009 «no será un buen año» en materia económica pero expresó su convencimiento de que el presente ejercicio dará «al menos dos buenas noticias».
NECESIDAD DE CAMBIO «MÁS QUE NUNCA».- «Terminaremos una etapa y comenzaremos una nueva», sentenció, convencido de que la sociedad reclama el cambio político «más que nunca». En esta línea, enfatizó que el año ha comenzado con «pesimismo y desconfianza» debido a la destrucción de «600 puestos de trabajo diarios» y, por eso, apuntó a las autonómicas como una «oportunidad» para «dar un giro» a la política económica y social en Galicia.
No obstante, para conseguir este objetivo reclamó al partido «trabajar más, convencer más y comunicar mejor» y a la ciudadanía la animó a que participen en las autonómicas «con la misma ilusión, interés y determinación» que los americanos en las últimas elecciones de Estados Unidos que dieron la victoria a Barack Obama.
Previamente, Feijóo criticó con dureza la gestión del bipartito, que calificó como una «pesadilla» y al que atribuyó «un cambio, pero a peor». Entre otras pruebas de esta «decepción», citó la crisis, las listas de espera o que en la mayor parte de los ayuntamientos no se pueda construir.
También acusó a socialistas y nacionalistas de «duplicar» los «defectos» del anterior Gobierno popular así como de «paralizar» sus «aciertos», y censuró «la doble burocracia de un doble gobierno» y «la miopía del bipartito por no saber ver ninguna propuesta del PP».
ALTA PARTICIPACIÓN.- Por su parte, el presidente del PP lucense, José Manuel Barreiro, agradeció la «presencia masiva» de militantes y simpatizantes populares incluso «venciendo» las inclemencias metereológicas. «Igual que el 1 de marzo venceremos y daremos el primer paso para salir del pozo en que nos metieron los socialistas con la complicidad de los nacionalistas», continuó y, tras refererirse a Galicia como «la cuna del PP», se mostró convencido de la victoria electoral de los populares con mayoría absoluta.
«Porque somos más y mejores», expuso a modo de justificación, y reivindicó la necesidad de que el PP gane las autonómicas para «devolver la serenidad y la ilusión» a Galicia y a España. Frente a la filosofía de los populares de «ir con la verdad por delante», Barreiro colocó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que, subrayó, «falló» en sus pronósticos de crecimiento económico y elevó el número de parados a más de tres millones de españoles, situación que tildó de «drama nacional».
«O no tiene sangre o la tiene congelada, o no le importa este país», dijo de Zapatero y, tras censurar su «hipocresía», cuestionó su legitimidad para gobernar España. También acusó al presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, de «reírse» los lucenses en la visita que el socialista efectuó ayer a la ciudad de las Murallas. Como ejemplo de ello, puso la «paralización» del nuevo Auditorio, del puente sobre el Río Miño o de la Autovía Lugo-Santiago.
En todo caso, se dispuso a dar «un paso firme» en las autonómicas a través de la victoria electoral y resolvió que este será «el primer cimiento» para que Rajoy llegue a presidir España. «Porque el país no aguanta más», concluyó.