Partido Popular de Lugo

Un informe del PP concluye que los incendios y riadas fueron la condena a muerte para la fauna piscícola de Galicia

Este 2007 será «la última campaña con un nivel normal de capturas de trucha» en los ríos gallegos. Es la situación de la fauna piscícola, al «borde de la extinción», que ha descifrado un estudio elaborado por un comité de expertos de Medio Ambiente dentro de las filas del PP de Galicia, y que no tiene otro origen que los consabidos efectos de los fuegos y posteriores inundaciones, que abrasaron los montes, primero, y luego inundaron de lodo y ceniza los bancos marisqueros de la Comunidad.Río arriba, en los cauces, la situación no pinta mejor, puesto que la contaminación acuciante que registraron caudales como los del Lérez y Umia, en Pontevedra, el Tambre y los afluentes del Xallas, en La Coruña, y el afluente del río Sil en Lugo, el Soldón, provocó la desaparición de todos los ejemplares inmaduros de trucha mientras que los maduros casi no pudieron desovar. Las truchas de mayor edad han sobrevivido a los efectos de los fuegos y riadas, informa el estudio del PPdeG, pero no son capaces de reproducirse adecuadamente.¿Y qué es lo adecuado?

Jaime Castiñeira, portavoz de Medio Ambiente del Grupo Popular en el Parlamento autonómico, dio voz ayer a las conclusiones de ese preocupante informe. Según los expertos, el impacto negativo de esos desastres medioambientales por los que se recordará 2006 en Galicia como un año «negro» mermaron la fauna piscícola, porque de forma semejante a cómo dejó ennegrecidos esqueletos de los bosques en tierra, arrasó una gran cantidad de peces en el agua. Los que quedaron dejaron de utilizar los frezaderos usuales para desovar y lo hicieron en lugares poco propensos, lo que originó que muchas crías «nunca vieran la luz».

Esta primavera los efectos no pudieron todavía constatarse porque la pesca recala sólo en los ejemplares de mayor tamaño, pero la Comisión de Medio Ambiente del PPdeG augura que la población piscícola de los ríos gallegos va a decrecer de modo drástico, y por lo tanto, también el número de capturas de las campañas venideras, que son el sustento de muchas familias en la Comunidad.

«Se ha roto la pirámide de población de la trucha», avala el estudio, por lo que Castiñeira pidió a la Xunta que idee un plan para repoblar los cauces fluviales con la suelta en los ríos, antes de la primavera de 2008, de casi un millón de ejemplares -más de 500.000 alevines y 300.000 truchas adultas- para garantizar la recuperación futura del equilibrio de las poblaciones piscícolas autóctonas.Además, Castiñeira acusó a la Xunta de anular el programa de cría de truchas y repoblaciones que durante años desarrolló el anterior Gobierno popular, por lo que le pidió que «no siga con una venda en los ojos y no intente engañar diciendo que aquí no pasó nada».

«Parálisis de la depuración»

El informe cobra fuerza al hacerse público un día después de que la Federación Gallega de Cofradías de Pescadores anunciase que denunciará ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG) la elevada contaminación que padecen las rías gallegas, lo que está volatilizando progresivamente su fuente de ingresos.

Preguntado por esta situación, Castiñeira consideró que la contaminación en las rías «es una realidad por la ausencia de depuración de aguas residuales», así que infirió que «deriva», en parte, de que la Consellería de Medio Ambiente «no tiene los trabajos bien hechos», ya que existe, a juicio del PP, una «parálisis intencionada» de la ejecución de las depuradoras en las rías, planificada en su día por el PP, y que debía haberse licitado antes de diciembre de 2005.

Ante el retraso acumulado, el diputado popular apreció que Medio Ambiente ha querido «aparentar intencionadamente que hay un gran problema» para con sus planes de depuración «aparecer ahora como el gran salvador», en alusión al titular de este departamento, Manuel Vázquez. «No es de recibo que se paralice un trabajo para después justificar que lo hizo otro», recalcó.

ABC

El molusco de las ensenadas gallegas quedó sepultado por toneladas de lodo el pasado otoño. Las mariscadoras se emplearon a fondo, pero no había vida bajo la ceniza