Los incendios forestales no sólo arrasaron en agosto pasado 77.000 hectáreas de monte y amenazaron 500 núcleos de población, sino que también pusieron «ao borde da extinción» la trucha de los ríos gallegos. Así lo cree al menos el Partido Popular, que realizó un informe sobre las causas que condujeron a la «drástica» merma de las poblaciones piscícolas, entre las que figuran, aparte de los fuegos, las posteriores riadas de otoño.
El portavoz de Medio Ambiente del grupo popular, Jaime Castiñeira, manifestó ayer en rueda de prensa que las escorrentías, el arrastre de cenizas hacia los ríos y la reducción de oxígeno de las aguas mermaron considerablemente la población ictícola, alterando los ciclos reproductivos y las zonas de desove, y disparando además los niveles de mortalidad.
Castiñeira advirtió que ya en la primavera pasada se pudo constatar la desaparición de ejemplares inmaduros en la mayor parte de los ríos, así como una importante reducción de trucha adulta que, a la postre, no desovó. El informe del PPdeG detalla, según el diputado lucense, que aunque la reducción de truchas afecta al conjunto de Galicia, la incidencia es «especialmente intensa» en las provincias de A Coruña y Pontevedra, las dos que fueron también más castigadas por los incendios y las riadas. Los ríos más dañados serían el Lérez, el Umia y el Tambre, así como los afluentes del Xallas.